Novedades

Y dale alegría, alegría, a mi corazón…

Invitamos a diez pacientes trasplantados a compartir un desayuno con motivo de celebrar el Día Internacional del Paciente Trasplantado.

Y dale alegría, alegría, a mi corazón…

Novedades


Fueron llegando de a uno o acompañados, felices, contentos, alegres.

Diez trasplantados aceptaron la invitación que les hizo Aterym para compartir un desayuno con motivo de recordarse, este lunes 6 de junio, el Día Internacional del Paciente Trasplantado.

Ahí estaba Marta con la juvenil verborragia de sus 82 años; más allá, Camila no se despegaba de su pequeño Felipe ¡¿ Viste lo que pude lograr?! decía, con indisimulado orgullo y los ojos vidriosos quien, con apenas 25 años de edad, ya lleva una docena de trasplantada.

En otra mesa, Gabriel y su pareja, charlaban animadamente con Magalí y la suya.

Más acá, Fabián contaba su última experiencia como maratonista y Mauro admitía que la situación económica está complicada aunque aseguraba que, con su verdulería, puede vivir dignamente.

Sergio vino desde la cercana Anisacate y mencionaba, con nostalgia y reconocimiento, al amigo que le donó su riñón mientras que, a metros, Adriana agradecía y disfrutaba el momento.

Yanina arribó desde Despeñaderos y no escatimó elogios para el equipo de Aterym que la atendió durante su diálisis; cerca de élla, la simpatía de Fanny era una caricia para el alma: lleva 15 años de trasplantada y se la ve cada día mejor.

El último en llegar fue Pablo, quien rápidamente se integró al grupo y compartió mesa y temas con la dupla Fabián/Mauro.

Así, entre facturas, jugos y café, transcurrieron dos horas de animados diálogos, intercambio de anécdotas, promesas de próximos encuentros y una coincidencia generalizada: todo lo que significa el trasplante para mejorar la calidad de vida.
Ni más, ni menos.

Galería de imágenes