Es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre, es demasiado alto. La glucosa, que proviene de los alimentos, es la principal fuente de energía.
La insulina, una hormona que produce el páncreas, ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para usarse como energía.
Algunas veces, el cuerpo produce poco o nada de insulina o no la utiliza adecuadamente por lo que la glucosa se queda en la sangre y no llega a las células. Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas de salud, como la enfermedad renal diabética (nefropatía diabética) Aunque la diabetes no tiene cura, quien la sufre puede adoptar medidas para controlarla y mantenerse sano.
Aunque a veces algunas personas minimizan la enfermedad al decir que tienen “un poquito alto el azúcar” o que tienen “prediabetes”, en la práctica se trata de una patología grave.
Hasta el 40 por ciento de las personas con diabetes puede presentar, en algún momento, enfermedad renal.
Mantener bajos los niveles de glucosa en la sangre y un estilo de vida saludable, pueden demorar o prevenir la enfermedad renal diabética.
La presión arterial alta puede dañar los pequeños vasos sanguíneos en los riñones.
Se recomienda que las personas con diabetes u otros factores de riesgo de enfermedad renal o función reducida de los riñones, mantengan su presión arterial por debajo de 130/80.
Se ha descubierto que medicamentos para la presión arterial (inhibidores de Enzima convertidora de Angiotensina (IECA) o Bloqueadores del Receptor de Angiotensina (ARA) protegen los riñones, incluso más que otros medicamentos que bajan la presión arterial a niveles similares.
Nefrona: unidad básica de los riñones. Cada riñón tiene aproximadamente un millón de nefronas, unidades microscópicas responsables de filtrar la sangre y algunas hormonas producidas por los riñones. Cada nefrona cuenta con un glomérulo y su túbulo renal correspondiente.
Como su nombre lo indica, las enfermedades glomerulares atacan a los pequeños vasos sanguíneos, o glomérulos, dentro del riñón.
Varios tipos de enfermedades renales se agrupan en esta categoría, incluyendo patologías autoinmunes, relacionadas con infecciones y escleróticas.
Las más comunes incluyen la nefropatía membranosa, la nefropatía IgA y la glomeruloesclerosis segmentaria focal. También pueden producir ERC el Lupus y otras enfermedades que afectan el sistema inmunitario del cuerpo.
Con frecuencia, el primer signo de enfermedad glomerular es la proteinuria, que significa que hay demasiadas proteínas en la orina.
Otro signo común es la hematuria (sangre en la orina).
Las enfermedades glomerulares pueden destruir lentamente la función de los riñones.
Por lo general, las patologías glomerulares se diagnostican con una biopsia, que consiste en tomar un pedacito de tejido del riñón para examinarlo con un microscopio.
Los tratamientos para las enfermedades glomerulares pueden incluir medicamentos inmunosupresores o esteroides para reducir la inflamación y la proteinuria. También es importante control de la presión arterial.
Proteinuria en muestra de orina: usted puede observar, a simple vista, la formación de espuma en la superficie. Luego la bioquímica realizará pruebas cuantitativas y cualitativas para medir la cantidad de proteínas en orina y el tipo de proteínas que elimina.
Son padecimientos renales causados por factores hereditarios. Por ejemplo, la Enfermedad Renal Poliquística (ERP), un trastorno genético que causa el crecimiento de varios quistes en los riñones, que puede reemplazar lentamente gran parte de su masa, reduciendo su función y generando la insuficiencia renal.
Su forma más común se llama “ERP adulta”, porque los síntomas de presión arterial alta e insuficiencia renal, con frecuencia no ocurren hasta después de los 20 o 30 años. Sin embargo, imágenes de diagnóstico han permitido encontrar quistes en niños y adolescentes antes de la aparición de cualquier síntoma.
Algunas de estas dolencias renales pueden ser silenciosas, sin presentar signos durante meses e incluso años o, por el contrario, aparecer cuando un bebé todavía se desarrolla en el útero.
Los signos de la enfermedad renal en los niños varían. Un pequeño puede crecer muy lentamente, vomitar con frecuencia o sufrir dolores en la espalda o en los costados. Si un niño padece una enfermedad renal, puede detectarse a través de un chequeo rutinario.
El primer síntoma de un problema renal puede ser la presión arterial alta, una baja cantidad de glóbulos rojos (anemia),la proteinuria o la hematuria. Ante ese escenario, es indispensable realizar pruebas adicionales de sangre y orina o estudios de radiología y en algunos casos, hasta efectuar una biopsia renal.
Asimismo, algunas enfermedades renales hereditarias suelen no detectarse hasta la edad adulta.
Algunos medicamentos de venta libre suelen ser tóxicos para los riñones si se toman con regularidad durante un largo período. Ante esta situación, corresponde consultar al médico.
Uréteres de formas anormales, cálculos renales, tumores o un agrandamiento de la glándula prostática en los hombres y las infecciones urinarias a repetición, constituyen factores de riesgo para presentar ERC.
Es importante recordar que el diagnostico precoz de ERC, retrasa la aparición de Insuficiencia renal estadio avanzado y el ingreso a la hemodiálisis.